Los terrores nocturnos y pesadillas pueden aparecer a lo largo de la vida del niño. Conocer lo que son cada uno de ellos, ayudará a entenderlos.
Los terrores nocturnos son episodios repentinos de terror durante el sueño que duran unos minutos y finalizan de forma espontánea. Aunque el niño tenga abiertos los ojos, el niño no ve ni oye lo que está ocurriendo, ya que, en realidad, permanece dormido. Tampoco responde a estímulos externos ni suele recordar lo sucedido.
Es mejor no despertar ni interactuar con el niño y esperar a que se le pase solo, cuidando que no se haga daño. Al día siguiente es conveniente no hablar sobre el tema porque puede producirle miedo a quedarse dormido.
La mayoría de las veces desaparecen cuando el niño crece. En pocas ocasiones permanece con los años, produciendo cansancio y somnolencia durante el día. En estos casos es aconsejable recibir ayuda profesional.
Las pesadillas son sueños que producen temor y ansiedad. En este caso, los niños sí se despiertan asustados por el sueño recordando todo lo que han soñado.
Es bueno tranquilizar al niño, explicándole que es sólo un sueño. Se puede quedar una luz pequeña encendida.
En ese momento no es conveniente hablar sobre el tema de la pesadilla, dejándolo para el día siguiente, incluso que lo exprese con dibujos, y que imagine un final feliz.
Existen unas medidas preventivas para evitar episodios de terrores nocturnos y pesadillas en el sueño:
Gonzalvo Rodríguez, C. et. al. Pesadillas y terrores nocturnos. 2014. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/pesadillas-terrores-nocturnos
Pin Arboledas G., et. al. Higiene del sueño y melatonina. Disponible en: cursosaepap.exlibrisediciones.com/files/49-201.../Higiene%20del%20sueño.pdf
Curso de Actualización Pediatría 2014. AEPap. Exlibris Ediciones; 2014. p. 133-43
Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia y Adolescencia en Atención Primaria. Mº de Ciencia e Innovación. 2011. ISBN: 84-451-3413-2