Bruxismo
El bruxismo es una actividad parafuncional diurna o nocturna caracterizada por episodios inconscientes (por tanto involuntarios) de apretamiento, rechinamiento o frotamiento dentario.
Tipos
Existen dos tipos:
Consecuencias
El bruxismo es un proceso benigno que si persiste en el tiempo puede llegar a producir:
- Dolor de oído y de mandíbula.
- Problemas en la articulación temporomandibular (la articulación de la mandíbula con el cráneo).
- Sensibilidad dental al frío y al calor.
- Destrucción del esmalte y la dentina, sobre todo, en los dientes de leche ya que éstos son más frágiles que los permanentes porque:
- Los dientes de leche tienen mayor volumen de poros.
- Contienen menor proporción de sales minerales.
Causas
El bruxismo puede ser producido por varios factores que actúan de forma conjunta:
- La mayoría del bruxismo infantil es producido por los cambios de la dentición. Los niños que bruxan empiezan entre los 4-8 años en un alto porcentaje, a medida que aumentan su edad, el bruxismo desaparece.
- Factores psicológicos: tensión emocional, estrés, ansiedad.
- Inestabilidad en la oclusión del maxilar superior sobre la mandíbula, que ocurre hasta que comienza el recambio de los dientes temporales por los permanentes.
- En algunas ocasiones son signo de oxiuriasis (lombrices intestinales).
Tratamiento
Como el bruxismo infantil, en su mayoría, es un proceso que desaparece con el tiempo, sólo precisa de observación y seguimiento por parte de los padres y del odontólogo que le realice sus revisiones.
En el caso que continúe o sea muy intenso se puede estudiar para descartar:
- Problemas psicológicos: ansiedad, miedos…
- Infestación intestinal por lombrices. Suele producir además prurito anal nocturno (picor).
- En la dentición mixta o permanente, se puede tratar con férulas de goma blanda que pueden aportar alivio al niño, siempre prescritas por el odontólogo.