Analgesia epidural

Mie 4 de Abr de 2018

La analgesia epidural consiste en una técnica invasiva, mediante la cual se van a inyectar anestésicos a través de un catéter que será colocado entre las vértebras de la zona lumbar. Previamente es necesario un estudio de coagulación de la futura mamá, mediante una simple analítica, que se realiza a través de la consulta de anestesia o una vez ingresamos en la unidad de partos.

Beneficios de la analgesia epidural

Estos anestésicos van a lograr una eliminación del dolor desde la zona de punción hacia abajo, junto con ciertas alteraciones en la sensibilidad de la zona. En ocasiones, según la técnica que se emplee, la epidural puede hacer que nuestras piernas “fallen”, aunque lo ideal es que se aplique sin producir bloqueo motor, es decir, que nos permita deambular o al menos limitar nuestros movimientos al mínimo, para así favorecer la continuidad del parto y nuestra participación en el mismo.

Es considerado el método más eficaz para aliviar el dolor que producen las contracciones durante el parto; su efecto se mantiene durante todo el proceso del parto.

Riesgos de la analgesia epidural

Pero no sólo produce ese beneficio (el alivio del dolor), debemos saber que la epidural conlleva también unos riesgos como:

  • La lesión nerviosa o la cefalea intensa por punción accidental de la duramadre.
  • Infección en el lugar de punción o dolor en la zona de punción después del parto.
  • Efectos secundarios como:
    • Hipotensión.
    • Fiebre.
    • Retención urinaria.
    • Alargamiento del expulsivo (segunda etapa del parto) que podría aumentar la probabilidad de uso de oxitocina y/o el riesgo de parto instrumental.

Efectos indeseables de la analgesia epidural

Por otro lado, hay una serie de cuestiones a tener en cuenta, y es que, si hemos decidido hacer uso de la epidural, pasaremos a tener un papel más pasivo en nuestro parto, ya que:

  • Tendremos menos movilidad durante el mismo.
  • La vigilancia a la que seremos sometidas será mayor (control más estrecho de las constantes vitales, especialmente de la tensión arterial, y monitorización fetal continua).
  • Llegado el momento del expulsivo, la sensación de pujo seguramente se verá mermada, por lo que, muchas veces, se hace necesario que nos dirijan y nos estimulen, e incluso que sea necesario un parto instrumental (ventosa, fórceps o espátulas).
  • Otro resultado indeseable de la epidural es que existe mayor riesgo de fracaso de la lactancia materna (sobre todo en la instauración de ésta).

El momento idóneo para la administración de la epidural

El momento idóneo para la aplicación de la epidural resulta una cuestión controvertida. Aunque tradicionalmente el momento más adecuado para administrar la analgesia epidural era el inicio de la fase activa de parto, a día de hoy se sabe que se podría iniciar incluso antes de ese momento, aunque no es lo habitual, dado que lo más apropiado es ingresar en la unidad de partos cuando se está de parto activo.

De todas formas, debemos saber que, llegado el momento, será el equipo de paritorio quien valore todos los factores que rodean nuestro parto y nos aconseje de lo apropiado o conveniente del uso de la analgesia epidural, o por el contrario, nos informe de su inconveniencia (por ejemplo: dilatación muy avanzada), teniendo en cuenta siempre la relación entre el posible beneficio y los posibles inconvenientes de su uso.

Tema desarrollado por el grupo Maternidad y Más.

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