Rabietas

Lun 4 de Jun de 2018

El autodominio no se alcanza hasta el momento en que las personas pueden tomar sus propias decisiones, pero es importante desde pequeños educar para ellos.

Todos los niños necesitan reglas y expectativas para ayudarles a aprender cuál es el comportamiento adeacuado para, posteriormente, vivir independientes dentro de la sociedad.

Rabietas

Las rabietas constituyen un estadio en el desarrollo, en el curso del aprendizaje, para enfrentarse con la frustración y conseguir el autocontrol.

  • La presencia de rabietas o las crisis de llanto son habituales en niños pequeños desde el año y medio hasta los 3 a 4 años de vida.
  • A partir de los 4 años un niño puede perder ocasionalmente el control y tener una rabieta.
  • Si todavía persisten en la edad escolar es obligatorio llevar al niño a un especialista para valorar las circunstancias de lo que le está pasando.

Consejos para manejar las rabietas

  • No responder con agresión ni perder los estribos. Los niños imitan estas actitudes de violencia (tirar objetos, pegar a otros niños, etc.)
  • Mantener una actitud coherente y constante.
  • Ponerse de acuerdo entre la pareja para el manejo de la rabieta del niño.

¿Qué se puede hacer?

  • No perder el control de la situación, mantener la calma. Con padres controlados y tranquilos, los niños seguirán el ejemplo. No permitir que el niño se haga daño a sí mismo o a los demás.
  • En el momento del episodio es correcto mantener una actitud de indiferencia, ya que el niño a pesar de los intentos de hablarle no escuchará nada ya que su llanto no se lo permite.
  • Es necesario mostrar firmeza que contenga al niño; darle el tiempo y espacio para que se repcupere.
  • Si la situación se revierte es importante no concederle lo que quería previamente.
  • Se le debe dar la oportunidad de elegir actividades u opciones que sean aceptadas por los progenitores. De este modo, el niño con deseos de autonomía pero qe aún no sabe de su manejo y control, no se sentirá impotente, atenuando así sus sentimientos de frustración.
  • Se le puede alzar, darle seguridad y afecto una vez pasado el episodio, pero no recompensarlo con "premios" (golosinas o juguetes) si se porta bien. Esto es para no confundir al niño creando un círculo vicioso de rabietas=premio.
  • Si la rabieta y el llanto descontrolado continúa a pesar de lo anteriormente expuesto, los padres podrán decidir dejarlo en su habitación u otro lugar seguro y cercano de sus padres hasta que el niño revierta su conducta.

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