• Relaciones sexuales sin preservativo con persona infectada por el VIH.

• Relaciones sexuales no protegidas con personas de las que desconocemos si son seropositivas o no al VIH.

• Consumo de drogas inyectadas con material no estéril o compartido con otras personas.

• Uso compartido de material de aseo personal que pudiera estar contaminado con sangre potencialmente infectante.

• Realización de técnicas de decoración corporal (pearcing o tatuaje, entre otras) en establecimientos que no cumplan con los requisitos sanitarios establecidos.

Lo más importante ante una práctica de riesgo es hablar con un profesional sanitario, que valorará en cada caso el procedimiento a seguir.

Grados de riesgo de contagio

Se establecerán diferentes grados de riesgo de contagio dependiendo de:

• Tipo de exposición.

• Estado de la persona fuente. El riesgo se considera elevado si la fuente es VIH positiva.

• Cantidad de virus en el inóculo, que será mayor cuanto mayor es la carga viral como en estos casos:
  • Enfermedad avanzada con niveles bajos de CD4 o sida.
  • No está en tratamiento antirretroviral.
  • Infección aguda.

• Individuo expuesto. Si presenta lesiones o infecciones de transmisión sexual la probabilidad de contagio será mayor.

Según el grado de riesgo de contagio, se recomendará o no, a la persona expuesta, realizar una profilaxis postexposición.