Las conjuntivitis son infecciones oculares que se manifiestan con unos ojos rojos y con secreciones.
Las conjuntivitis del recién nacido están causadas por bacterias (gonococo, Clamydia tracomatis, etc) o virus (Adenovirus, Herpes genital) que se encuentran en la vagina o los genitales de la madre y que pueden infectar al recién nacido cuando éste atraviesa el canal del parto. Provocan una inflamación en las capas más externas del ojo, la conjuntiva y la córnea, pudiendo ocasionar cicatrices en la córnea con disminución de la visión e incluso ceguera.
A lo largo de los siglos, estas infecciones fueron una causa importante de pérdida de visión o de infecciones más extensas en los recién nacidos. En la actualidad estas complicaciones son raras en los países desarrollados, por las mejoras en el control de las infecciones de trasmisión sexual, el control del embarazo y, sobre todo, por el uso de fármacos en forma de colirios o pomadas oculares que impiden la infección.
A finales del siglo XIX comenzaron a usarse soluciones de Nitrato de Plata en gotas oculares tras el nacimiento, con muy buenos resultados. Hoy en día este medicamento está en desuso, por provocar gran irritación ocular (conjuntivitis química) y se ha sustituido por antibióticos en forma de pomadas oculares de Eritromicina o Tetraciclina, que son mejor toleradas y más efectivas.
Se administra en las primeras horas tras el parto, en ambos ojos, con una sóla dosis y con preparados monodosis.