Las diferentes posturas y movimientos del cuerpo preparan la pelvis para el parto. Durante el parto, la cabeza del feto se adapta deformándose ligeramente, esto es posible gracias a la maleabilidad de los huesos del cráneo. La pelvis materna es mucho más rígida, sin embargo dispone de cierta capacidad de movimiento de los huesos que la componen, provocando de esta manera una modificación de su forma.
Las mujeres de parto deben adoptar la posición que sea más cómoda para ellas en cada momento. La elección de la posición en el parto es fruto de muchos factores. Uno de esos factores son las normas culturales, que rigen y restringen ciertas posiciones de manera instintiva.
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