Consistente en permitir el contacto directo entre la madre y el bebé nada más nacer. Es un instinto mamífero con profundas e importantísimas justificaciones fisiológicas y que, sin embargo, muchas veces es negado por procedimientos o técnicas que se pueden posponer, o simplemente por comodidad de los profesionales sanitarios.
Lo natural es que una madre quiera recoger y atienda a su pequeña criatura para proporcionarle los cuidados necesarios en esos primeros segundos de vida, así pues, es tu derecho que prefieras hacerlo en tu parto y no dejar que os separen. En algunas ocasiones, el recién nacido puede necesitar de alguna intervención y que sea necesario llevar a una cuna térmica para ayudarle a respirar mejor. La mayoría de las veces esto solo lleva unos segundos y enseguida podréis estar juntos.
Tras el nacimiento y en condiciones de normalidad, tu bebé es colocado encima de tu vientre, donde se le secará rápidamente para evitar que se enfríe y se favorecerá que su piel y tu piel estén en contacto y mantener así de esa forma el calor. Esas medidas para preservar la temperatura corporal de la criatura, son sumamente importantes pues permiten que la respiración y otras funciones vitales se desarrollen adecuadamente. Además, situarlo tan cerca de ti es el primer paso para iniciar la lactancia ya que en ese instante el bebé estará dispuesto para mamar siendo el mejor momento para que empiece a aprender de qué manera hacerlo. Es conveniente no forzar la puesta al pecho, y permitir con pequeñas ayudas que sea tu bebé quien lo encuentre y se vea capaz de ello a través de su instinto de búsqueda. Con sus sentidos del tacto y del olfato te percibirá al instante reconociéndote como aquella quien va a proporcionarle todas las atenciones que necesita, con lo cual se va a tranquilizar y se creará así un fuerte vínculo entre los dos.
A tu recién nacido, y aun cuando estéis en paritorio, hay una serie de actuaciones que se le procuran en pro de su bienestar y para evitar complicaciones, y algunas otras para conocer las medidas corporales, el peso y su identificación. De tal forma que el bebé:
Cuando el nacimiento se produce mediante cesárea, también es posible el contacto piel con piel, y hay maternidades donde se permite que, al menos durante un tiempo, el bebé y tú estéis juntos.
En estos casos y si no fuera posible lo que se acaba de comentar, el padre podría, si así está contemplado por el personal de la maternidad, proporcionar ese calor que normalmente es la madre la encargada de darle. Esto significa que el padre se descubre su torso, recibe al recién nacido y lo acurruca hasta que puedas ir a planta de maternidad. Allí podréis reencontraros tras el periodo de recuperación de la cesárea.
Revista Española de Salud Pública. Contacto piel con piel tras un parto por cesárea. Puesta al día y propuesta de actuación. Mº de Sanidad. 2019 (artículo completo).
Vídeo de "Ventana abierta a la familia" Junta de Andalucía