Cuando se recibe la noticia de un embarazo no deseado, o bien, cuando se recibe la noticia de que el embarazo no va bien, y, finalmente (a veces tras varios días de incertidumbre) sabes que estás dentro del supuesto legal para IVE, se produce una etapa muy dura, tanto para quienes al final deciden continuar con el embarazo como para quienes deciden no seguir.
Para quienes tras el diagnóstico fatal deciden IVE, la culpa es el factor que más puede dificultar la elaboración del duelo. Quienes no interrumpen, tienen que prepararse para recibir a su hijo, que no es como lo esperaban y, en el caso extremo de los incompatibles con la vida, los padres se preparan para el nacimiento y la muerte a la vez, comienzan un duelo anticipado, que se inicia desde que llega la mala noticia.
Existen casos en los que la decisión de los padres es muchísimo más difícil, casos en los que se detecta una malformación pero que no se sabe el pronóstico que pueda tener dicha malformación. Existen, por ejemplo, algunas malformaciones del SNC en las que el pronóstico del bebé es tan variado como desconocido, habiendo malformaciones que pueden dar lugar desde niños completamente sanos hasta niños con secuelas neurológicas muy graves.
En el caso de no interrumpir el embarazo, en aquellos casos de pronóstico desconocido, aunque el bebé parezca sano al nacer, muchas veces, hasta que no pasen un mínimo de dos años no podrán valorarse si existen secuelas neurológicas de algún tipo, por tanto, estos padres tienen que aprender a convivir durante unos años con la incertidumbre de no saber qué va a ser de su hijo.
Quienes interrumpen un embarazo de estas características, el duelo se complica al tener que aprender a convivir no solamente con la culpa, sino que, una vez más, con la incertidumbre, de si su bebé hubiera sido un hijo sano o no.
En general, en nuestra sociedad, tras las IVEs hay duelos desautorizados por el entorno, y a veces desautorizados por la misma mujer por su sentimiento de culpa. Por todo esto son duelos muy difíciles de elaborar. Cuando no se elabora un duelo, el sufrimiento puede volver a dominar otros momentos, incluso la misma mujer puede desplazar el foco del duelo a otras situaciones de la vida y no ser consciente de que el origen de su sufrimiento en ese momento de su vida es aquella IVE que hizo en el pasado, cuyo duelo no se elaboró.
Por eso es muy importante ser conscientes del duelo que se produce tras una IVE, de que existe, de lo importante que es elaborarlo y no desautorizarlo, como cualquier otro duelo. Y, en caso de necesidad, buscar ayuda, bien ayuda en el propio entorno, o, si ésta no es posible, ayuda profesional