Consecuencias a largo plazo
Además de los daños que produce el propio tabaco con el que se fuma, existen otros daños orgánicos y psicológicos provocados por el cannabis, sobre todo en la adolescencia, debido a que no está completa la maduración cerebral.
- Dependencia. Del 7-10% de los que lo prueban terminan dependiendo de él, ya que se acostumbran a afrontar la vida bajo sus efectos.
- Tolerancia. A medida que se repite su consumo, disminuye el efecto por lo que precisa de la administración de cantidades mayores para conseguir el mismo efecto.
- Síndrome de abstinencia después de dejar el consumo bruscamente:
- Irritabilidad.
- Agresividad.
- Nerviosismo.
- Disminución del apetito.
- Pérdida de peso.
- Dificultad para conciliar el sueño y presencia de pesadillas.
- Depresión.
- Dolor abdominal, sudoración, temblores, cefaleas.
- Alteraciones del comportamiento en la edad adulta. Su consumo aumenta más de 5 veces el riesgo de padecer psicosis a lo largo de la vida. Cuanto antes comienza su consumo y más frecuente, mayor será el riesgo.
- Desarrollo de trastornos mentales:
- Alteraciones del desarrollo cognitivo en la adolescencia.
- Su consumo durante la adolescencia puede aumentar la probabilidad de consumo de otras drogas.
- Problemas de memoria y aprendizaje:
- Peores resultados académicos.
- Abandono prematuro de los estudios.
- Aumento del fracaso escolar.
- Trastornos de la personalidad.
- Esquizofrenia en individuos predispuestos.
- Si se tiene alguna patología cardiovascular, respiratoria o psicológica, puede empeorarla de forma importante.