Consecuencias a largo plazo

Jue 31 de May de 2018

Además de los daños que produce el propio tabaco con el que se fuma, existen otros daños orgánicos y psicológicos provocados por el cannabis, sobre todo en la adolescencia, debido a que no está completa la maduración cerebral.

  • Dependencia. Del 7-10% de los que lo prueban terminan dependiendo de él, ya que se acostumbran a afrontar la vida bajo sus efectos.
  • Tolerancia. A medida que se repite su consumo, disminuye el efecto por lo que precisa de la administración de cantidades mayores para conseguir el mismo efecto.
  • Síndrome de abstinencia después de dejar el consumo bruscamente:
    • Irritabilidad.
    • Agresividad.
    • Nerviosismo.
    • Disminución del apetito.
    • Pérdida de peso.
    • Dificultad para conciliar el sueño y presencia de pesadillas.
    • Depresión.
    • Dolor abdominal, sudoración, temblores, cefaleas.
  • Alteraciones del comportamiento en la edad adulta. Su consumo aumenta más de 5 veces el riesgo de padecer psicosis a lo largo de la vida. Cuanto antes comienza su consumo y más frecuente, mayor será el riesgo.
  • Desarrollo de trastornos mentales:
    • Depresión.
    • Ansiedad.
  • Alteraciones del desarrollo cognitivo en la adolescencia.
  • Su consumo durante la adolescencia puede aumentar la probabilidad de consumo de otras drogas.
  • Problemas de memoria y aprendizaje:
    • Peores resultados académicos.
    • Abandono prematuro de los estudios.
    • Aumento del fracaso escolar.
  • Trastornos de la personalidad.
  • Arritmias.
  • Esquizofrenia en individuos predispuestos.
  • Si se tiene alguna patología cardiovascular, respiratoria o psicológica, puede empeorarla de forma importante.

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