Prevención de la enfermedad hemorrágica del recién nacido
La enfermedad hemorrágica del recién nacido, consiste en la aparición de hemorragias en cualquier lugar del cuerpo, en las primeras semanas de vida, por un déficit de vitamina K.
La vitamina K es utilizada por nuestro organismo para formar en el hígado una serie de sustancias que intervienen en la coagulación (factores de la coagulación). Sin ellas se producen hemorragias de forma espontánea o por pequeños traumatismos.
Causas por las que el recién nacido nace con poca vitamina K
Los recién nacidos tienen bajos niveles de vitamina K:
- Porque el paso de esta vitamina de la madre al niño, a través de la placenta, es escaso.
- La cantidad de vitamina K en la leche materna es pequeña.
- Hay bacterias, beneficiosas para el ser humano, que viven en el intestino y logran producir vitamina K. Pero al nacimiento no están presentes.
- El hígado del recién nacido es inmaduro, especialmente en prematuros, y tiene una capacidad limitada para producir factores de coagulación.
Todo ello hace que el recién nacido pueda padecer hemorragias, que ocasionalmente llegan a ser muy graves, en 1 de cada 200-400 nacimientos.
Tipos de hemorragias producidas por la hipovitaminosis K
Existen varios tipos de enfermedad hemorrágica:
- Forma precoz. Aparece en las primeras 24 h. de vida, en niños cuyas madres han tomado durante el embarazo determinados fármacos para las convulsiones o tuberculosis, que impiden a la vitamina K del bebé realizar su función.
- Forma clásica. Aparece entre los 2 y 7 días de vida, en bebés sanos, generalmente con lactancia materna, por un déficit de vitamina K.
- Forma tardía: entre la segunda y octava semana de vida. En recién nacidos con enfermedades digestivas o hepáticas que impiden la absorción de la vitamina K en el intestino o la formación de ésta por las bacterias intestinales.
Prevención de la enfermedad hemorrágica del recién nacido
Esta enfermedad se puede prevenir con la administración de vitamina K tras el nacimiento, en forma de una única inyección intramuscular en las primeras horas de vida, lo cual se ha mostrado más eficaz que la administración oral en forma de gotas, que requieren múltiples dosis semanales durante varios meses.
Desde que se realiza esta medida de prevención en todos nuestros hospitales, la enfermedad prácticamente ha desaparecido.