Convulsiones febriles
Las convulsiones febriles son las crisis convulsivas, en niños mayores de 3 meses y menores de 6 años, que coinciden con un episodio febril.
Más que por la fiebre se piensa que están inducidas por determinados agentes infecciosos, mayoritariamente virus, que serían los que desencadenarían la convulsión en las personas genéticamente predispuestas. Habitualmente son hereditarias y más frecuentes en los niños que en las niñas.
Características de las convulsiones febriles
- 1 de cada 20 niños sufrirá al menos un episodio de crisis convulsiva en su vida.
- El riesgo de sufrir una convulsión febril no aumenta con la temperatura.
- De cada 10 niños, 7 no volverán a convulsionar nunca.
- Las convulsiones febriles en un niño sin problemas previos de neurodesarrollo no causan deficiencia intelectual.
- La inmensa mayoría de los niños que han presentado una convulsión febril típica, no presentarán en el futuro epilepsia.
- Las convulsiones febriles típicas son benignas, no causan muerte, lesiones cerebrales, epilepsia, disminución de la inteligencia ni problemas de aprendizaje.
- En la mayoría de ocasiones las convulsiones febriles aparecen en las primeras 24 horas de la enfermedad incluso antes de que nos demos cuenta de que el niño tiene fiebre o cuando tiene febrícula.
- El tratamiento con antipiréticos (ibuprofeno, paracetamol...) no previenen las crisis.
- No está indicado el tratamiento con antiepilépticos ya que se ha demostrado que no previenen las posteriores crisis y presentan efectos secundarios.
Vídeo de "Ventana abierta a la familia" Junta de Andalucía
¿Qué hacer ante una convulsión febril?
Lo más importante y difícil es intentar mantener la calma. La mayoría de las crisis ceden por sí solas en pocos minutos. Ya se ha dicho que la crisis convulsiva es aparatosa pero no peligrosa para la salud del niño.
- Durante la convulsión:
- Moverlo sólo cuando está en algún sitio peligroso para que no se caiga o se golpee con algún objeto.
- Retirar todo lo que tenga en la boca (caramelos, mucosidad).
- Aflojar la ropa alrededor del cuello.
- Colocarlo sobre el brazo izquierdo de lado, para mejorar la respiración.
- No meter nada en la boca.
- Si la crisis dura más de 5-10 minutos, llamar al 112.
- Después de la convulsión es habitual que el niño se quede somnoliento o decaído. Se llama período postcrítico y es la “recuperación” de la crisis. Puede durar bastantes minutos y es la evolución normal.
- Acudir al pediatra o al servicio de urgencias más cercano para que valore el proceso.
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Bibliografía
Manual práctica de Pediatría en Atención Primaria. 2º edición. 2013 Hospital infantil Universitario La Paz. Publimed. ISBN: 978-84-937262-1-8.
Protocolos Diagnóstico Terapéuticos de la AEP: Neurología Pediátrica. Disponible en: https://www.aeped.es/protocolos
Crisis febriles. Autor: Miguel Rufo Campos. Jefe de Neurología Infantil. Profesor Asociado de Pediatría Universidad de Sevilla. HHUU Virgen del Rocío, Sevilla. 2008. Disponible en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/8-cfebriles.pdf
Lorente Romero, L.; Convulsiones febriles. Web enfamilia.aeped.es Temas de salud. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/convulsiones-febriles