VIH/SIDA
El virus de la inmunodeficiencia humana, conocido como VIH, al entrar en el organismo produce una infección capaz de destruir progresivamente el sistema de defensa o inmunitario.
Cuando una persona está infectada por el VIH decimos que es seropositiva al VIH, y es capaz de transmitir la infección a otras personas desde el momento en el que adquiere la infección.
En la fase inicial puede cursar sin síntomas y, si aparecen, son muy inespecíficos: fiebre, inflamación de los ganglios del cuello, malestar general, pérdida de apetito, erupción cutánea... Estos van desapareciendo, para dar paso a una fase crónica o de latencia asintomática.
A medida que la infección va progresando, se produce un deterioro progresivo del estado general, el sistema inmunitario se va debilitando y comienzan a aparecer las infecciones oportunistas y/o determinados tipos de tumores característicos que nos indican que la infección se encuentra en una fase avanzada y dan lugar al diagnóstico de la enfermedad de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Por tanto, el sida es una enfermedad causada por el virus de la inmunodeficiencia humana y que aparece cuando la infección no está controlada. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz de la infección, y un control y seguimiento adecuado por parte de profesionales sanitarios, para retrasar, o no llegar, a esta fase final de la infección por VIH.
No todas las personas infectadas por VIH tienen sida, pero sí todas las personas que tienen sida están infectadas por VIH.
VÍAS DE TRANSMISIÓN
La infección por VIH se puede contraer al entrar en contacto con fluidos corporales de personas ya infectadas y que pueden contener cantidad suficiente de virus como para transmitirlo; se trata de la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna.
Se distinguen tres vías de transmisión:
- Vía parenteral o sanguínea: el virus entra en el torrente sanguíneo a través de piel o mucosas dañadas, o por inyección o punción.
- Vía sexual: en relaciones sexuales no protegidas.
- Vía materno-infantil o transmisión vertical: durante embarazo, parto o lactancia el virus podría pasar de la madre al hijo/a.
No hay más vías de transmisión. El VIH no se transmite por besos, caricias, sudor, saliva, tos, picaduras de mosquitos, mordeduras de animales, ni por compartir objetos ni espacios de uso común (utensilios para comer, ropa, libros, móviles, lavabos, piscinas, ascensores, centros educativos, entornos laborales, gimnasios...).
Para más información:
TRATAMIENTO
Aunque los primeros casos de infección por VIH se diagnosticaron a principios de los años 80, no fue hasta mediados de los años 90 cuando aparecieron los fármacos capaces de frenar, que no eliminar, la infección por VIH.
Se trata de los fármacos antirretrovirales. Son fármacos no curativos, pero sí que mejoran significativamente la calidad y la esperanza de vida de las personas en tratamiento.
Al principio eran muchas las pastillas que tenían que tomar las personas seropositivas y sus efectos adversos eran diversos y muy molestos en algunos casos, lo que en ocasiones llevaba al abandono del tratamiento. Hoy en día, gracias a los avances en este sentido, han ido apareciendo fármacos más seguros y en fórmulas combinadas, lo que ha facilitado que las personas infectadas por VIH puedan hacer una única toma diaria de su tratamiento y tengan buena tolerancia, lo que mejora también la adherencia al tratamiento.
Pero actualmente, los fármacos antirretrovirales, no solo son utilizados en el tratamiento de la infección si no también como medida de prevención, en personas no infectadas, como veremos más adelante.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Hasta que no se consiga una vacuna preventiva o curativa, que hasta el momento no ha podido elaborarse con éxito debido a lo complejo de su elaboración por diferentes motivos, o se disponga de un tratamiento curativo, lo único de lo que disponemos para acabar con la propagación de la infección por VIH, es la prevención.
En este sentido, las últimas recomendaciones frente al VIH apuestan por la prevención combinada que, según la Organización Mundial de la Salud, se define como “el conjunto de programas comunitarios fundamentados en los derechos y la evidencia que promueve una combinación de intervenciones biomédicas, comportamentales y estructurales, diseñadas con el propósito de satisfacer las necesidades de prevención de la infección por el VIH de personas y comunidades específicas.”
Así, son medidas de prevención:
- Mantener relaciones sexuales más seguras: uso de material preventivo si penetración, no eyacular en la boca de la pareja si se practica sexo oral, uso de lubricante en la práctica de sexo anal, utilización de material estéril y personal en el caso de uso de drogas recreacionales en contexto sexual, no compartir juguetes sexuales...
- Uso de material estéril y propio a la hora de consumir drogas inyectadas.
- Nunca compartir los utensilios de aseo personal como el cepillo de dientes o la maquinilla de afeitar.
- Las mujeres deberán realizarse prueba del VIH antes y/o durante el embarazo para evitar la transmisión vertical de la infección.
- Las madres seropositivas darán a luz a través de cesárea si su infección no está controlada y, en ningún caso, amamantarán a su hijo/a. La lactancia debe ser artificial.
- Las técnicas de decoración corporal (tatuajes, perforaciones...) deben realizarse en centros autorizados sanitariamente y con material estéril o de un solo uso
Video: Verdades y mentiras de tatuajes
Preservativos
Aunque, como hemos referido anteriormente, hay diferentes medidas de prevención, queremos destacar que es indiscutible que el preservativo ha tenido y tiene un papel crucial en la prevención del VIH, pero también de otras ITS, siempre y cuando se utilice de manera correcta.
En numerosas ocasiones se usan más por evitar el embarazo no deseado que por evitar contraer una infección de transmisión sexual, quedando casi totalmente de lado cuando la mujer toma anticonceptivos orales, en caso de esterilizaciones quirúrgicas o, como es lógico, en relaciones entre hombres. En estos casos puede que no nos enfrentemos a un embarazo no deseado, pero sí a una ITS, que en ocasiones puede resultar que no tenga cura, como es el caso de la infección por VIH.
También se está detectando que se está dejando de usar cuando se toma profilaxis contra el VIH (PrEP), que reduce el riesgo de contraer la infección por VIH, pero no otras ITS. Es para tenerlo en cuenta.
Video: Métodos anticonceptivos
El preservativo más ampliamente utilizado y conocido es el externo, que se coloca sobre el pene; pero también se dispone del preservativo interno, que se coloca en el interior de la vagina. Los dos son métodos barrera, pues impiden el intercambio de fluidos en las relaciones sexuales, al igual que las barreras de látex utilizadas en la práctica del sexo oral.
Lo más habitual es que sean de látex, pero si se tiene alergia a este material, se pueden adquirir fabricados con otros materiales. También se fabrican de diferentes grosores, para proporcionar más resistencia y seguridad en determinadas prácticas sexuales (como la penetración anal), pero no por ello varían la sensibilidad o el placer en el momento de su uso.
Se pueden utilizar con lubricantes, que aumentan el placer y facilitan la penetración. Eso sí, utiliza el lubricante más adecuado al preservativo que vas a usar para no dañarlo y evitar así su rotura; los de látex solo con lubricantes de base acuosa, y los que no sean de látex se pueden utilizar con lubricantes de base acuosa u oleosa, pero siempre se deben tener en cuenta las recomendaciones del fabricante.
Tampoco hay que olvidar que tomar precauciones a la hora de su conservación para que no haya problemas en el momento de su utilización y, por supuesto, son de un solo uso y se deben desechar correctamente.
Otras medidas de prevención
Hasta hace relativamente poco tiempo, pues la infección por VIH se conoce desde principios de los años 80, estas eran las únicas medidas de prevención con las que se contaban, pero en los últimos años han ido surgiendo otras. Es el caso de la profilaxis postexposición y la profilaxis preexposición.
Profilaxis postexposición (PPE)
Consiste en tomar fármacos contra el VIH durante 28 días tras haber tenido un posible contacto con el virus y así prevenir la infección. Es más efectiva cuanto antes se inicie, estando establecido que sea antes de las 72 tras haber tenido la exposición accidental (preferiblemente en las 6 primeras horas).
Solo está indicado en caso excepcional, cuando otras medidas preventivas no se usaron o fallaron, y será atendido en los servicios de urgencias hospitalarias. Se valorará el riesgo de la exposición y se acordará lo oportuno o no de tomar el tratamiento entre la persona expuesta y el profesional que le atienda.
En Extremadura contamos con dos protocolos de actuación en caso de exposición accidental al VIH, uno enfocado a las exposiciones en ámbito laboral (PPEO) y otro a las exposiciones no ocupacionales (PPENO). Aunque el tratamiento es el mismo en ambos casos, la manera de acceder a él y el seguimiento del caso tiene sus peculiaridades.
Profilaxis preexposición (PrEP)
Las personas no infectadas por VIH, pero que de manera repetida se exponen al VIH, pueden optar por tomar diariamente medicación contra el VIH y reducir así el riesgo de infección. Actualmente la PrEP discontinua o a demanda no está autorizada en España.
Es muy importante que se tome todos los días para que el medicamento en sangre se encuentre en cantidad suficiente para bloquear al VIH. Se alcanzan niveles óptimos a los 4-7 días de haber iniciado el tratamiento, por lo que esos días es muy importante adoptar otras medidas de prevención para no correr riesgo de infección.
La PrEP no está indicada como medida de prevención en población general, por lo que, si se contempla la posibilidad de tomarla, hay que ponerse en contacto con el/la médico/a de familia, quien tras valorar si se trata de una persona subsidiaria a esta prestación, hará la derivación a los servicios hospitalarios encargados de su prescripción, control y seguimiento.
En el VIH no hay excusas. Hay opciones y, lo importante, es que cada persona elija libremente la que mejor se adapte a su estilo de vida y le dé mayor confianza y seguridad.
DIAGNÓSTICO DE LA INFECCIÓN
Para detectar la infección por VIH contamos con un análisis específico que, como cualquier prueba, está sometida a la confidencialidad, y es gratuita en centros sanitarios públicos y en entidades comunitarias, donde también puede hacerse de manera anónima.
La prueba estándar de laboratorio se hace a partir de una muestra de sangre venosa, con resultados en 7 o 10 días (según el laboratorio); pero también se disponen de pruebas rápidas, a partir de sangre capilar o fluido oral, y cuyos resultados están en 10-15 minutos. El resultado positivo de una prueba rápida siempre tiene que ser confirmado con la realización de una prueba estándar. Los resultados negativos no precisan de esa confirmación.
En Extremadura, previa cita, la prueba se puede realizar, en:
- Centros sanitarios públicos
- Centros sanitarios privados
- Laboratorios de análisis clínicos privados
- Algunas organizaciones no gubernamentales (ONG)
También se puede comprar en las farmacias comunitarias una prueba de autodiagnóstico (Autotest VIH®), que permite al usuario hacerse la prueba él mismo, cuando y donde quiera.
La prueba se realiza de forma rutinaria a mujeres embarazadas, personas que ingresan en centros penitenciarios, y se ofrece a cualquier persona, entre 20 y 59 años, que vaya a realizarse una analítica por cualquier otro motivo.
También se realiza de forma dirigida, en este caso, a las personas que han tenido práctica/s de riesgo, a quienes quieren dejar de usar el preservativo en sus relaciones sexuales, a quienes hayan padecido o padezcan otra/s ITS y a su/s pareja/s sexual/es, a personas procedentes de países con alta prevalencia, a víctimas de agresión sexual, o a personas de colectivos especialmente vulnerables a la infección (HSH, personas en situación de prostitución o de trata, población migrante)
En los supuestos anteriores su realización es voluntaria, pero hay otras situaciones en las que se establece su obligatoriedad; es el caso de donaciones de sangre, de órganos y de semen. Por tanto, las personas involucradas en trasplantes y técnicas de reproducción asistida deben realizarse la prueba del VIH, entre otras.
Pero, en cualquier caso, antes de la realización de una prueba del VIH, debe haber de por medio un consentimiento informado verbal o escrito.
Serán los/as profesionales de la salud, o el personal de las ONG formado en este sentido, los que valorarán el riesgo e indicarán si es preciso realizarse la prueba o no y cuándo realizársela. Siempre hay que respetar lo que se conoce como periodo ventana, que es el tiempo que debe pasar desde la exposición al virus hasta la realización de la prueba para que el resultado de ésta sea fiable, y va a venir determinado por el tipo de prueba que se utilice.
En el caso de la prueba de antígeno (4ª generación) el periodo ventana es de 3 a 6 semanas y, en el caso de la prueba de anticuerpos (3ª generación) es de 9 a 12 semanas.
Os dejamos información sobre el PROGRAMA DE PRUEBA RÁPIDA DEL VIH Y SÍFILIS EN ENTORNO COMUNITARIO, desarrollado por Comité Ciudadano Antisida Extremadura (CAEX), y que cuenta con la colaboración de Fundación Triángulo Extremadura (FTEX)
ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN
A lo largo de los últimos 40 años se ha avanzado mucho en cuanto al diagnóstico, prevención y tratamiento de la infección por VIH. A nivel mundial se han aunado esfuerzos para buscar estrategias comunes que reduzcan la incidencia de casos y mejore la calidad de vida de las personas afectadas por la infección, aunque los resultados aún siguen siendo muy desiguales según regiones geográficas.
Pero la evolución no ha sido tan impactante si nos referimos a la imagen social del VIH y sida. Si bien hay que decir que han mejorado estos aspectos, todavía hay que lamentar desigualdades por falsos estereotipos y creencias. El VIH/sida aún siguen estando mal vistos.
Todo esto queda traducido en desigualdades de acceso a servicios por parte de personas seropositivas y en la vulneración de sus derechos. Dan lugar al aislamiento y a la soledad que no solo afectan a la persona seropositiva, sino también a su entorno familiar, laboral y de amistades, si es que los siguen manteniendo. En ocasiones, la única salida que ven para evitar el rechazo es guardando silencio y ocultando su seropositividad.
Por todo esto, en los últimos años, todos los agentes implicados en el abordaje de la infección por VIH desde sus distintos ámbitos (gobierno central, gobiernos autónomos y locales, ONG, sociedades científicas, medios de comunicación...) han acordado dar una respuesta consensuada y firme al estigma y a la discriminación, que se ve materializada en el Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al VIH.
Se trata de un compromiso que también cualquier persona puede adquirir, no solo los organismos y las administraciones. Todos podemos comprometernos a darle fin al estigma y a la discriminación, favoreciendo así su aceptación social.
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