Los nuevos horizontes para la Administración actual requieren renovados principios y procedimientos de actuación, así como profesionales con competencia orientados a ellos. A partir de esta visión nos planteamos las siguientes líneas de actuación:
- Planificación sistemática para garantizar la eficacia y eficiencia. Esto implica el diseño basado en necesidades reales, la distribución equitativa y el aprovechamiento de los recursos y la evaluación ex post o de impacto de las intervenciones.
- Sensibilización y concienciación sobre la importancia del “bien envejecer” desde edades tempranas.
- Prevención para promover la autonomía y evitar situaciones de dependencia lo que favorece la permanencia en el entorno y retrasa la institucionalización que, en todo caso, se regirá siempre por estándares de calidad.
- La atención a la dependencia, con la provisión de las prestaciones necesarias y la organización necesaria para ofrecer respuestas integrales.
- Se procurará el enfoque de género e igualdad de acceso y permanencia en las acciones desarrolladas.
- Corresponsabilidad, transparencia y cooperación interadministrativa para superar las actuaciones fragmentadas o estanco en beneficio de la transversalidad y para garantizar la protección integral de la persona.
- Formación dirigida a tres sectores principalmente: profesionales, usuarios de las prestaciones y personas cuidadoras.
- Fomento de la investigación y reflexión desde la práctica.
- Difusión y publicidad de las acciones para favorecer el intercambio de buenas prácticas.