PROFILAXIS POSTEXPOSICIÓN FRENTE AL VIH

Es una medida de urgencia, puntual y extraordinaria para prevenir la infección por VIH, aunque también hay que decir que no se garantiza en el 100% de los casos que se evite la transmisión del virus.

Lun 31 de Jul de 2017

Cuando se ha sufrido una exposición accidental a fluidos potencialmente infectantes, tales como la sangre, el semen, las secreciones vaginales, la leche materna y los líquidos cefalorraquídeos, pleural, peritoneal, pericárdico, amniótico y sinovial, existe la posibilidad de prevenir la infección por VIH tomando fármacos antirretrovirales (medicación indicada como tratamiento a personas seropositivas al VIH). Es lo que se conoce como quimioprofilaxis o profilaxis postexposición frente al VIH.

En la práctica laboral, sobre todo sanitaria, por supuesto que es mucho más frecuente la exposición accidental a estos fluidos, pero también puede ocurrir en prácticas que nada tengan que ver con el desempeño de una labor profesional, como es el caso de la práctica de sexo sin preservativo, o cuando éste se rompe o no se utiliza correctamente. También en casos de sexo no consentido o violento.

Así, tras una exposición accidental a fluidos potencialmente infectantes, se debe acudir a un centro hospitalario para recibir el tratamiento oportuno, si estuviera indicado, tras ser valorado el riesgo de infección.

La eficacia de la profilaxis postexposición es mayor cuanto antes se inicie, por lo que se recomienda iniciarla antes de las 6 horas posteriores a la exposición accidental y el tratamiento debe mantenerse 28 días. Se desaconseja iniciarla pasadas las 72 horas puesto que su eficacia es nula a partir de ese momento.