El baño de nuestro bebé

Mie 8 de Ene de 2020

No es aconsejable el baño en el paritorio o nada más nacer para no interferir en la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina, evitar la pérdida de temperatura y favorecer el contacto entre madre e hijo, por lo que, en ese momento, solo se le secará con paños calientes para retirar la sangre, meconio o líquido amniótico, procurando no eliminar la vérmix caseosa, que es la capa de aspecto blanquecino y graso que recubre y protege la piel del bebé.

El agua ha sido el medio natural del bebé durante el embarazo y normalmente se siente bien en el agua, está alerta y experimenta con los movimientos descubriendo su nuevo mundo, por lo que puedes bañar a tu hijo desde el primer día de vida, una vez que se haya estabilizado y adaptado a la vida extrauterina. Además, los estudios realizados demuestran que el baño desde los primeros días de vida no retrasa la caída del cordón umbilical ni favorece las infecciones.

El baño es un momento de contacto íntimo y de relación entre los padres o cuidadores y el bebé, debe realizarse en un ambiente tranquilo y cálido con la habitación a una temperatura de 22-23ºC y el agua a la misma temperatura que el cuerpo, 36-36,5ºC. Hay que comprobar la temperatura del agua antes de meter al niño, sumergiendo el codo o el dorso de la mano o empleando un termómetro.

Se sumergirá al bebé en el agua hasta la parte superior del tórax, sosteniendo su cuerpo con nuestro brazo y manteniendo en todo momento la atención sobre el bebé. incluso aunque no se le haya caído el cordón umbilical. El jabón debe ser suave y líquido y es preferible utilizar jabones syndet (sin detergente), en poca cantidad y esponja blandita. Comienza lavándole el pelo y la cabeza y continua después con el resto del cuerpo en sentido descendente, dejando la zona genital para el final. El baño no debe tener una duración mayor de 5-10 minutos, o incluso menor, 2-3 minutos, si todavía no se ha caído el cordón umbilical. Una vez fuera del agua, hay que secarlo en seguida para evitar el enfriamiento, sin fricción, usando toallas suaves y procurando que no quede humedad en el cordón umbilical ni en los pliegues. La mejor hora del baño es por la tarde-noche, para facilitar la relajación y el sueño. Hay que evitar realizar el baño con prisas pues entonces se perderá el factor de contacto, interacción, descubrimiento o estimulación táctil.

Es importante tener a mano todo lo necesario para el baño del recién nacido y nunca dejar al niño sin supervisión en la bañera.

 ¿Cómo se limpia el cordón umbilical?

La limpieza del cordón umbilical debe realizarse desde el primer día de vida y de forma diaria. En los países con buenas condiciones higiénicas, como el nuestro, no es necesario el empleo de alcohol u otras soluciones antisépticas.

Se deben tomar las siguientes medidas:

  • Lavarse previamente las manos.
  • Limpiar la zona del cordón con agua y jabón.
  • Secado adecuado.
  • Para ayudar a mantener el cordón seco se puede emplear una gasa limpia que lo envuelva, la cual se debe cambiar en cada cambio de pañal.
  • Cambios frecuentes de pañal para evitar que se moje el cordón cuando el niño orine.

Debido a que para limpiar el cordón se requiere agua y jabón, un momento adecuado para hacerlo es el momento del baño. Lo habitual es que el cordón se desprenda entre los 7 y los 15 días de vida.

 

Tema desarrollado por el grupo Maternidad y Más.

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