Por más que intento no pensar en ello, y por más que intento olvidarme del tema, no puedo. Me es imposible no pensar al comparar las noticias que me van llegando, y analizar cómo éstas repercuten en el día a día de los españoles.
No sé el alcance del estado de cuentas del Estado, pero supongo que, cuando ya no se habla de la prima de riesgo, habrá de entenderse que la economía va por el buen camino. Pero como no es oro todo lo que reluce, habrá que perdonar que dudemos de todo esto, pues las cifras y los hechos son los que mandan.
En Educación, al igual que en Sanidad, siguen manteniéndose los recortes tanto en materia salarial como de contrataciones. El funcionariado continúa con la pérdida de derechos laborales y económicos impuestos por el Gobierno como medidas de austeridad para frenar la debacle económica en la que el Estado está, o estaba, inmerso.
Además de estas medidas, se adoptaron otras como, por ejemplo, la refacturación del consumo eléctrico en 2012; la subida de combustibles para automoción, que no deja de subir; la subida del IVA hasta ese 21 por ciento actual que nos está matando...
La sociedad española no para de echar cuentas para poder llegar a fin de mes. ¡Qué digo, a fin de mes...! A quien consiga llegar al día 20 de cada mes, habrá que preguntarle cómo lo hace... pues los meses naturales son de treinta días, pero los meses económicos no pasan de veinte, y en ocasiones, ni llegan a esos veinte días. Como alguien dijo en algún foro : "Me sobra mucho mes a final del sueldo".
El funcionariado sigue sufriendo los recortes en lo que a sustituciones se refiere. Se van dejando sin cubrir puestos de trabajo. En Sanidad, por ejemplo, el trabajo de los ausentes es asumido por los compañeros, lo que origina saturación de consultas y listas de espera. No se está generando empleo.
En Educación, el mecanismo de concesión de becas de estudio ha dado un paso adelante, pero dos hacia atras. Por un lado, parece ser que este año se han dado cuenta del despilfarro de años anteriores, en los que se concedían becas de estudio muy por encima de las necesidades del alumnado y, siempre, atendiendo al nivel de rentas de la unidad familiar. Y en segundo lugar, se han endurecido (aplicando recortes) las condiciones y requisitos para que un alumno sea beneficiario de una beca de estudio.
Hay rentas familiares no de difícil justificación, pero sí fácilmente no justificables; y luego están las rentas familiares sujetas a nómina, y todas ellas justificadas. En el primer caso, existen profesionales que no declaran todo lo que ganan, sino una parte de ello. Esta medida les permite acceder, a ellos y sus beneficiarios, a los diferentes servicios que habitualmente se les concede a usuarios de rentas bajas. En el segundo, los ingresos son los que son, y no admiten dudas.
En este sentido, con los recortes educativos en cuanto a la concesión de becas, se está consiguiendo discriminar a muchos estudiantes. En primer lugar, por las notas de acceso al sistema de obtención de becas, y en segundo lugar, por el lugar de residencia.
Si atendemos a las notas de carrera, me parece excesivo que a un alumno se le exija aprobar el 90 por ciento de los créditos y, además, una nota media de 6,5 puntos para tener derecho a una beca. Hablamos de estudios superiores, sin olvidarnos de que muchos alumnos han de trabajar para poder costearse los mismos, lo que dificulta alcanzar ese nivel de créditos exigible para la obtención de beca.
Bien, las becas de estudios satisfacen las siguientes necesidades: matricula, residencia o transporte urbano o interurbano y, en algunos casos, el uso de comedores. Teniendo en cuenta todo ello, y poniendo como ejemplo a dos alumnos que no alcancen la nota media o el porcentaje de créditos para obtener una beca de estudios, uno residente en la ciudad donde cursa los estudios, y otro proveniente de zona rural. Ante este caso, nos encontramos con que ninguno de ellos tiene derecho a beca de estudios. Entonces ¿cómo afrontar el siguiente curso?
Esta situación supone que el primero sólo tendrá que costearse la matrícula, pues no tendrá más gastos al residir en el domicilio familiar; pero el segundo, además de tener que costearse la misma, deberá costearse el piso donde residirá y el gasto que ello conlleva: consumos de luz, agua, gas, teléfono... etc. amén de otros gastos inherentes a la situación de residir fuera del domicilio familiar.
Como puede apreciarse, no son las mismas circunstancias para uno que para el otro. Es relativamente asumible tener que hacer frente sólo al pago de matrícula, pero hacer frente a ésta y a todo lo demás cuesta sudor y lágrimas.
Que un alumno quiera estudiar por labrarse un porvenir, por tener un futuro digno, y no pueda hacerlo porque los ingresos familiares no puedan costearle los estudios me parece, cuando menos, alarmante. Que la cuantía de la beca concedida dependa de los ingresos de la unidad familiar del alumno, y que a un alumno se le conceda beca por importe de 2.800€ y a otro en su misma situación 6.000€ me parece totalmente discriminatorio. Si se puede estudiar fuera de casa con 3.000€, por qué conceder 6.000? En qué emplea el alumno ese excedente de 3.000€?
Luego nos quejamos del pésimo nivel educativo de la sociedad española, de problemas como el absentismo escolar o el bajo nivel cultural de los españoles. Porque, eso sí, nos gusta hacer rankings sobre qué pais está por delante de otro culturalmente; o aquí en España, qué comunidad autónoma es la mejor preparada y cual la peor.
Pero a nadie se le ocurre compararnos con otros estados de la UE, hacer rankings para ver dónde se vive mejor, dónde se conceden más ayudas a la natalidad, dónde se cubren mejor las necesidades sociales, dónde se conceden más ayudas al estudio, dónde se accede más fácilmente al mercado laboral, o dónde los salarios están al nivel exigido. ¡Hagamos ese ranking! Nos colocará en nuestro sitio, sin necesidad de alardes... Pero no se hace nada por evitarlo, ni por mejorarlo...
Y ahora, estos días pasados, nos hemos llevado un “sofocón” de espanto porque a Madrid no le concedieron la organización de los JJOO de 2020. Pero qué esperábamos? Desde mi punto de vista, entiendo el disgusto que algunos hayan podido llevarse. Pero miremos hacia adentro. ¿Está el país preparado para organizar unos Juegos Olímpicos? ¿Hay dinero para ello? Pues por el intento, parece ser que sí.
Y si es así, si es verdad que hay dinero para organizar un evento como éste... ¿por qué seguimos como estamos? ¿Por qué no se reduce el IVA; por qué no se paga a los funcionarios el dinero que realmente merecen; por qué no se descongelan sus sueldos, y se aplican subidas salariales; por qué no se reintegran sus derechos laborales?
¿Es que no lo merecen? ¿Por qué no se facilita el acceso a la cultura, a la educación o a la sanidad; por qué no se reducen impuestos; por qué no se mejoran los servicios sociales; por qué no tantas y tantas cosas? ¿Es que no lo merecemos? ¿Creen que sólo merecemos unos JJOO, y que con ellos nos sentiremos aliviados y contentos? No, no lo creo. Creo que la ilusión de los españoles pasa por otros argumentos.
Me pongo a pensar, y pienso en si todo el dinero que nos han recortado no sería para organizar unos juegos olímpicos. Me paro a pensar, y pienso en que si hay dinero para organizarlos, ¿por qué siguen asfixiando a este pueblo que ya no sabe qué más hacer? Me pongo a pensar, y pienso en que si hay dinero para los JJOO, ¿por qué no se establecen más ayudas sociales? ¿No son éstas más importantes?
No sé. Quizás esté equivocado, o quizá los equivocados sean otros. Pero la razón, y sobre todo la conciencia, me dicen que no se puede asfixiar a todo un pueblo con medidas impositivas, medidas que quizás alivien las arcas del Estado a cambio del empobrecimiento de todo un país, para salir ahora con lágrimas en los ojos por haber sido eliminados, a las primeras de cambio, de la carrera por organizar los Juegos. Este hecho ha sido la verdad más clara, oportuna y esperada por todos: devolvernos a la más sincera realidad de este pueblo.
Como siempre, tan sólo es un comentario.
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