Extremadura figura entre las comunidades con mayor riesgo cardiovascular, según se desprende del estudio Hermex sobre la prevalencia de esta enfermedad en la población extremeña. Así lo explicó ayer el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, con motivo de la campaña del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se celebra hoy 17 de mayo, y donde estuvo acompañado por el investigador Nicolás Roberto Robles, el gerente de Fundesalud, Miguel Álvarez Bayo, y el director general de Planificación, Formación y Calidad Sociosanitaria, Luis Tobajas.
Vergeles recordó la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de medirse la tensión con regularidad porque “es una enfermedad silenciosa y sin síntomas”. La tensión se considera elevada por encima de 14-9 y requiere control médico.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en el mundo y la hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes para las distintas patologías cardiovasculares como el ictus, la insuficiencia cardíaca, arritmia, infarto de miocardio, insuficiencia renal, etcétera.
El sedentarismo, el tabaquismo, el colesterol alto y el envejecimiento de la población son factores que influyen en la situación de Extremadura, “siempre entre la de más riesgo”, según indicó el doctor Robles, a lo que hay que añadir que se ha ido descuidando la dieta mediterránea.
El estudio Hermex, llevado a cabo por el Programa de Investigación Cardiovascular, se hizo sobre 2.833 extremeños y extremeñas de entre 25 y 79 años. Su resultado dio una prevalencia de hipertensión arterial global del 35,8% y con mayor incidencia en hombres que en mujeres. Esta investigación es una de las más importantes del país y detecta en varios años la evolución de los factores que influyen en la hipertensión.
Las recomendaciones mundiales son medir periódicamente la presión arterial y seguir las cinco recomendaciones no farmacológicas que han demostrado disminuir la presión como la pérdida de peso, si hay obesidad o sobrepeso, ejercicio físico regular, reducir el consumo de sal, aumentar la ingesta de frutas y verduras y limitar el consumo de bebidas alcohólicas a no más de una o dos unidades al día.