Paqui --izquierda-- y Carmen, costureras del Hospital de Mérida, le dan a todo una segunda oportunidad
Cuando una persona acude al Hospital de Mérida, ya sea para asistir a una cita programada con el especialista, para realizarse una prueba médica o durante un ingreso hospitalario, probablemente recuerde los rostros de todos aquellos profesionales de la sanidad extremeña que de primera mano procuran con empatía y delicadeza aliviar su sufrimiento.
Puede que durante un tiempo recordemos el nombre incluso del facultativo que nos atendió, del enfermero que nos trajo la medicación o del celador que nos acompañó.
Sin embargo, detrás de todos ellos existe otro gran grupo de trabajadores, invisibles en la mayoría de los casos para los usuarios, que procuran con la misma diligencia y dedicación que la asistencia sanitaria prestada se realice siempre con la máxima calidad.
Entre ellos encontramos cocineros, pinches, mecánicos, pintores, electricistas, lavanderos, planchadoras…., formando parte del engranaje del sistema sanitario y contribuyendo calladamente al funcionamiento del resto de servicios del Hospital de Mérida.
Como ejemplo de ello, en el Servicio de Lavandería del Hospital de Mérida podemos encontrar a Paqui y Carmen, dos costureras que más allá de realizar simplemente las funciones propias de su categoría, trabajan con la dedicación y el compromiso de saber la importancia de su función, aprovechando, como si de su propia casa se tratase, todas las prendas que les llegan para darles una segunda utilidad.
Si se rompe un camisón hacen una sabanita para los nidos, si se estropea un pijama confeccionan una cortina y si se deteriora una sábana la utilizan para crear una funda de almohada; para ellas todo sirve, todo se recicla y a todo se le da una segunda oportunidad.
La RAE define el término “excelencia” como la “Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo”. Con profesionales como Paqui y Carmen, es fácil entender que es con la implicación de todos, también con la de tantos trabajadores invisibles como ellas, como podemos buscar cada día la excelencia hospitalaria.