Guadalupe Hernández --izquierda--, supervisora de Neonatología-Pediatría, Esther Piñán, jefa del Servicio de Pediatría y Neonatos, junto a otras enfermeras de la unidad
La planta de Pediatría del Hospital de Mérida acoge una exposición de fotografías que muestran imágenes actuales de niños sanos que nacieron de forma prematura, posando junto a fotos en blanco y negro tomadas en sus primeros días de vida, cuando se encontraban conectados a sofisticados aparatos para asegurar su supervivencia.
“Te invitamos a recorrer una historia apasionante y esperanzadora de la mano de nuestros pequeños luchadores, verdaderos protagonistas de esta bonita historia que se gestó en una unidad de neonatos de Extremadura”, reza el cartel de presentación de la exposición organizada por la Asociación de Padres y Madres de Niños Prematuros de Extremadura (APREMEX).
La exposición, que lleva por lema “El reto de nacer antes de tiempo”, pretende “hacer visible la realidad de la prematuridad en nuestra región”, que afecta a uno de cada trece recién nacidos en nuestro país (7’7%) y es una de las principales causas de discapacidad neurológica, además de un gran problema de salud pública a causa de su frecuencia y trascendencia social, familiar y sanitaria.
La muestra nos permite acercarnos a la aventura de superación que vivieron Ariadna, Carlos, Valeria y otros muchos niños que al nacer fueron prematuros –menos de 35 semanas de gestación- o grandes prematuros –menos de 24 semanas-, a través de una colección de 20 fotografías firmadas por los fotógrafos cacereños Alba Sánchez y Sergio Sanguino, de Cuádriga Estudio Audiovisual.
Según los organizadores, el objetivo de la exposición es “trasladar un mensaje de esperanza a los padres que atraviesan momentos difíciles”, durante semanas e incluso meses de hospitalización, y expresar su agradecimiento a los profesionales de los equipos de neonatología y pediatría de los centros hospitalarios.
La supervisora de Neonatología-Pediatría del Hospital emeritense, Guadalupe Hernández, que ha apoyado la iniciativa de APREMEX para organizar la exposición, destaca el importante papel que juegan este tipo de asociaciones para ofrecer su ayuda a los padres durante la hospitalización de los recién nacidos. La misma finalidad tiene otra nueva asociación, denominada Nacer Antes de Tiempo, creada hace menos de un año en la unidad de Neonatología de Mérida.
Guadalupe, que ha hecho casi toda su carrera profesional en esa unidad, ha visto cómo los medios disponibles para la atención hospitalaria a niños prematuros han mejorado sustancialmente en los últimos años.
Todavía recuerda el caso de María Soledad, una niña que nació en el Hospital de Mérida en 1989 con apenas 400 gramos de peso y 22 semanas de gestación. Medía tan sólo 22 cm, y prestigiosos neonatólogos declararon entonces que sus posibilidades de supervivencia eran prácticamente nulas. “En esa época no disponíamos de utensilios apropiados para pacientes de ese tipo, teníamos que convertirnos en ‘McGiver’ –personaje televisivo que destacaba por su habilidad para improvisar cualquier artilugio con elementos simples y de lo más variados—hasta para cogerle una vía”, asegura.
Pero María Soledad sobrevivió, y ese mismo año pediatras de todo el mundo reunidos en el congreso mundial de pediatría realizado en París y las principales revistas internacionales se ocuparon de ella para destacar lo inusitado del caso, que rompió las estadísticas de supervivencia en prematuros (ver en EL PAÍS del 2-9-1989).