Con carácter general se desarrolla un diagnóstico, valoración, seguimiento y evaluación de la situación de las personas tuteladas, del mismo modo que se actúa en tres ámbitos:
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Ámbito personal:
- Cobertura de las necesidades básicas.
- Compra de enseres personales, mobiliarios.
- Solicitudes de acceso a los recursos públicos y privados.
- Autorizaciones para operaciones quirúrgicas.
- Salidas de fin de semana, y vacaciones.
- Acompañamiento en determinados actos de la vida diaria cuando sea necesario y el tutelado no cuenta con una red de apoyo.
- Fomento de las relaciones familiares.
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Ámbito patrimonial:
- Administración y gestión de los bienes.
- Disponibilidad de las cuentas de los tutelados.
- Presentación de declaraciones tributarias.
- Realización de inventario.
- Rendiciones Finales de Cuentas.
- Solicitudes de pensiones.
- Arrendamientos de viviendas.
- Pago de deudas pendientes.
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Ámbito judicial:
- Todas las actuaciones relacionadas con la defensa judicial, protección del tutelado, inicio de expedientes de jurisdicción voluntaria como partición y aceptación de herencia, venta de bienes, realización de gastos extraordinarios, demandas judiciales tanto civiles como penales.
Todo ello se ejerce bajo la vigilancia de la autoridad judicial a quien se le deberá rendir cuentas tanto en el ámbito personal como patrimonial del tutelado mientras viva y tras su fallecimiento.